4 de Junio de 2017. Finalmente, tras el culebrón que ha montado la madre de Juan, se ha salido con la suya y este fin de semana que Juan debería estar conmigo está con su madre. De nada han servido los burofaxes, las buenas palabras, los viajes imprevistos para recogerle en el domicilio materno, la puerta en las narices, las llamadas a la policía alertando de la situación, etc. No ha servido nada…
Fuente: Derrick Caluag. www.flickr.com |
Además de no poder estar con mi hijo el fin de semana que me corresponde, su madre me ha quitado la primera vez (en 5 años) que podríamos celebrar su cumpleaños juntos. Pero una cosa no nos ha quitado en realidad. Y es que hemos podido celebrar su 1ª Comunión tal y como habíamos planeado.
Cansado de estar sometido a los caprichos de la madre de Juan y viendo que por la vía legal no podía hacer nada para que esta mujer nos devolviera nuestro derecho, Juan, nuestra familia y yo decidimos que Juan tomaría su 1ª Comunión dos semanas antes de la fecha impuesta por su madre.
Dado que este acto no es más que un mero simbolismo hablé con el párroco de una de las iglesias de nuestra ciudad y le expliqué la situación. “Soy un padre divorciado al que le están robando tiempo de pasar con su hijo y el derecho de estar juntos en este día tan importante sólo por el capricho de su madre...” Sin ningún tipo de inconveniente el sacerdote accedió a darle su 1ª Comunión a Juan, de una manera sencilla, humilde, discreta, en compañía de sus abuelos, tíos y primas. Después, obviamente, todos lo celebramos en un restaurante, como un domingo normal. Juan tuvo sus regalos, incluso su álbum de fotos dedicado y sobretodo, tuvo cariño.
Después de ésto, ya su madre se encargó de explicarle que la única comunión válida era la que ella había elegido, pero bueno esto es la misma canción, aquí sólo vale lo que ella decide. Tal es así, que después de la telenovela que montó, de la guerra que desencadenó por robarme mi tiempo con Juan, siguió con su hipocresía.
Como si nada de esto hubiera pasando, ha intentado por todos los medios que el entorno social en el que se mueve no la viera este día tan señalado sola, una madre en el día de la comunión de su hijo, cuando todo el mundo está pendiente de los “modelazos” de las madres de los niños completamente sola.
¿Hay algún razonamiento lógico para todo esto? Si lo hay yo no lo entiendo. Después de todo lo que ha hecho continuaba pensando que yo me metería en la “boca del lobo” y me iría a comer con ella y su familia al lugar elegido por ella (y pagado a medias debo suponer, claro). Insistió hasta la saciedad para que me hiciera una foto con ella y con Juan por un fotógrafo porque según ella “a Juan le hace ilusión”. No muestra el mismo interés por otras iluciones de Juan como ver a su padre, hablar con su padre por teléfono, pasar más tiempo con su padre e icluso vivir parte de su vida con su padre... ¿Es que también me quiere acusar de que la estoy acosando? ¿Estamos locos? ¿Una foto en común después del cartel que me ha puesto delante del juez? No puedo estar cerca de esta persona, cada vez que me acerco es un problema más. Y todo esto ha sucedido en medio de un proceso judicial por la custodia compartida. Proceso que ella misma a recurrido ya que en primera instancia ha salido favorable para mi, es decir, al menos hay un juez que ha puesto cordura en todo esto y considera que puedo ser un buen padre para mi hijo en medio de todas las mentiras que su propia madre ha contado sobre mi. Pero esta parte la explicaré más adelante.
En cualquier caso asistí a la 2ª Comunión de Juan acompañado de mi pareja y de mi familia. Nos mantuvimos al margen de ella y su familia todo lo que pudimos para evitar todo tipo de conflictos, ya que como digo ella y también su familia insistieron más que demasiado en acercarse públicamente a mi, como si nada de lo que han hecho y de lo que están haciendo estuviera pasado y continuando la persecución y acoso hacia mí.
Después de este mal trago, por supuesto sí hubo celebración del cumpleaños de Juan ya que su 1ª Comunión ya la habíamos celebrado, con vino y cava, como es debido, aunque sin la presencia de la persona más importante, JUAN.
Finalmente sólo puedo decir que, aunque han sido meses muy duros, de conversaciones, de desdenes, de sometimiento, de impotencia, hice lo que tenía que hacer y de la mejor manera que pude. Aunque a los ojos de la madre de Juan, ella se ha salido con la suya, no me he dejado dominar por sus caprichos. Sabiendo a ciencia cierta que esto iba a suceder, tomé una decisión y la llevé hasta el final con la cabeza bien alta.
Mi único mensaje para ella es que no todo vale en esta vida.
Mi única enseñanza para Juan en todo esto es que hay que ser humildes y sinceros, no hacer daño a las personas, hacer en todo momento lo que es correcto y asumir con orgullo las consecuencias que vengan, sin miedo a nada.
Cansado de estar sometido a los caprichos de la madre de Juan y viendo que por la vía legal no podía hacer nada para que esta mujer nos devolviera nuestro derecho, Juan, nuestra familia y yo decidimos que Juan tomaría su 1ª Comunión dos semanas antes de la fecha impuesta por su madre.
Dado que este acto no es más que un mero simbolismo hablé con el párroco de una de las iglesias de nuestra ciudad y le expliqué la situación. “Soy un padre divorciado al que le están robando tiempo de pasar con su hijo y el derecho de estar juntos en este día tan importante sólo por el capricho de su madre...” Sin ningún tipo de inconveniente el sacerdote accedió a darle su 1ª Comunión a Juan, de una manera sencilla, humilde, discreta, en compañía de sus abuelos, tíos y primas. Después, obviamente, todos lo celebramos en un restaurante, como un domingo normal. Juan tuvo sus regalos, incluso su álbum de fotos dedicado y sobretodo, tuvo cariño.
Después de ésto, ya su madre se encargó de explicarle que la única comunión válida era la que ella había elegido, pero bueno esto es la misma canción, aquí sólo vale lo que ella decide. Tal es así, que después de la telenovela que montó, de la guerra que desencadenó por robarme mi tiempo con Juan, siguió con su hipocresía.
Como si nada de esto hubiera pasando, ha intentado por todos los medios que el entorno social en el que se mueve no la viera este día tan señalado sola, una madre en el día de la comunión de su hijo, cuando todo el mundo está pendiente de los “modelazos” de las madres de los niños completamente sola.
¿Hay algún razonamiento lógico para todo esto? Si lo hay yo no lo entiendo. Después de todo lo que ha hecho continuaba pensando que yo me metería en la “boca del lobo” y me iría a comer con ella y su familia al lugar elegido por ella (y pagado a medias debo suponer, claro). Insistió hasta la saciedad para que me hiciera una foto con ella y con Juan por un fotógrafo porque según ella “a Juan le hace ilusión”. No muestra el mismo interés por otras iluciones de Juan como ver a su padre, hablar con su padre por teléfono, pasar más tiempo con su padre e icluso vivir parte de su vida con su padre... ¿Es que también me quiere acusar de que la estoy acosando? ¿Estamos locos? ¿Una foto en común después del cartel que me ha puesto delante del juez? No puedo estar cerca de esta persona, cada vez que me acerco es un problema más. Y todo esto ha sucedido en medio de un proceso judicial por la custodia compartida. Proceso que ella misma a recurrido ya que en primera instancia ha salido favorable para mi, es decir, al menos hay un juez que ha puesto cordura en todo esto y considera que puedo ser un buen padre para mi hijo en medio de todas las mentiras que su propia madre ha contado sobre mi. Pero esta parte la explicaré más adelante.
En cualquier caso asistí a la 2ª Comunión de Juan acompañado de mi pareja y de mi familia. Nos mantuvimos al margen de ella y su familia todo lo que pudimos para evitar todo tipo de conflictos, ya que como digo ella y también su familia insistieron más que demasiado en acercarse públicamente a mi, como si nada de lo que han hecho y de lo que están haciendo estuviera pasado y continuando la persecución y acoso hacia mí.
Después de este mal trago, por supuesto sí hubo celebración del cumpleaños de Juan ya que su 1ª Comunión ya la habíamos celebrado, con vino y cava, como es debido, aunque sin la presencia de la persona más importante, JUAN.
Finalmente sólo puedo decir que, aunque han sido meses muy duros, de conversaciones, de desdenes, de sometimiento, de impotencia, hice lo que tenía que hacer y de la mejor manera que pude. Aunque a los ojos de la madre de Juan, ella se ha salido con la suya, no me he dejado dominar por sus caprichos. Sabiendo a ciencia cierta que esto iba a suceder, tomé una decisión y la llevé hasta el final con la cabeza bien alta.
Mi único mensaje para ella es que no todo vale en esta vida.
Mi única enseñanza para Juan en todo esto es que hay que ser humildes y sinceros, no hacer daño a las personas, hacer en todo momento lo que es correcto y asumir con orgullo las consecuencias que vengan, sin miedo a nada.