Entrada destacada

LA INDIGNACIÓN DE JUAN

martes, 9 de enero de 2018

EL PRIMER DÍA EN LA CUSTODIA COMPARTIDA



8 de Enero de 2018.

Juan, hoy es el primer día del resto de nuestra vida. Esta fecha se grabará en mi mente e intentaré que la recordemos como si fuera nuestro aniversario. A partir de hoy empezamos nuestra vida familiar, tú y yo, y lucharé con todas mis fuerzas para que sea lo más normal posible. Lucharé para que puedas aprovechar el tiempo con tu padre y yo con mi hijo. Un tiempo que jamás tuvimos, primero porque llevamos separados 6 años y segundo, porque en tus primeros 4 años de vida tampoco pude darte el amor y el cariño que me hubiera gustado darte. Nunca fue lo suficientemente bueno para tu madre (a pesar de ser ella la que nunca quiso tener hijos, bastante incomprensible este hecho con todo lo que ha venido después) por eso nos ha hecho esperar dos años y medio para estar juntos, espero que tú no pienses lo mismo y sigas queriendo, como hasta ahora, compartir tu vida conmigo. Ahora podremos disfrutar de todos los momentos que nos han robado desde que naciste. Son muchos los días y los momentos que se han esfumado y tenemos que correr mucho para ponernos al día de toda esa lista de cosas que nos han quedado pendientes y a la vez disfrutar de nuestro presente. 
Fuente: Carlos&Carol. www.flickr.com

Hace un año, en las Navidades del 2017 escribí sobre nuestros corazones rotos en Navidad. El dolor que sentí cuando llorando me dijiste que no querías separarte más tiempo de mí. De entonces yo no pude hacer nada. Sólo tuvimos una semana para estar juntos y realmente fuiste feliz durante ese tiempo. Más tarde vinieron días y momentos muy duros. Nos robaron tiempo Juan, nos robaron días en los que no te dejaron estar conmigo a sabiendas de que estaban violando nuestro derecho. Vinieron días de rabia por no poder hacer nada cuando no te dejaban verme. Pero estas Navidades, aunque cortas como siempre, dijiste algo que me abrió la luz en esta oscuridad. “Sí, me da pena porque me tengo que ir, pero por otro lado me alegro porque pronto volveremos a estar juntos”. Nos dejaste a todos con la boca abierta cuando escuchamos tu razonamiento. Es cierto Juan, tuvimos que estar separados la mitad de las vacaciones, como siempre pero una semana después volvemos a estar juntos y esta vez por más tiempo. Y lo mejor de todo son las ganas que tienes de seguir a mi lado. Eso es lo que me ilusiona para seguir adelante con todo esto. Es lo que me ilusiona para seguir echándote un cable para superar todos tus miedos, todas tus inseguridades (que son muchas, las superaremos juntos), es lo que me ilusiona para poder luchar contra esas adversidades que no te dejan crecer como cualquier niño de tu edad.

Pero nuestra nueva vida ha empezado con dificultades y sabes que poco a poco las tenemos que ir superando. Tu madre sigue oponiéndose a nuestro derecho y a día de hoy continua boicoteando nuestro intento de mantener nuestra relación de padre e hijo. Desde que supimos que tenemos la custodia compartida ha intentado casi todo. Y digo casi todo porque hubo momentos en los que temí lo peor por su parte. Uno ya no sabe qué pensar después de tantas noticias en el telediario de padres/madres que secuestran a sus hijos y tu madre no es de las que se rinden fácilmente. Desde que supimos que tenemos la custodia compartida definitiva desde el 30 de noviembre de 2017 nos ha seguido y vigilado en casa de tu tío, nos ha acosado con constantes llamadas telefónicas cuando estamos juntos (esto no es realmente nuevo ya que siempre nos agobia con constantes llamadas pero ahora es incansable, por Dios!!). Ha jugado con mis sentimientos (después de tantos años negándome cualquier tipo de información sobre ti, de ocultarme tutorías en el colegio, de negarme mi derecho de saber cuándo estás enfermo, cuándo estás triste, cuándo estás contento, cuándo te has caído, cuándo te has peleado con tus amigos, de negarme poder verte el día de tu cumpleaños, el día de mi cumpleaños, el día del cumpleaños de tu familia paterna, de robarte de mis brazos aquel 23 de abril en el que removí cielo y tierra intentando encontrarte... De negarme, TODO!!!) Ahora recibo mensajes recordatorios de cosas que te gustan, de cosas que te apetecen hacer, recibo recomendaciones de dónde debo llevarte para que te lo pases bien (y de paso pueda ella encontrarse con nosotros casualmente, uuuffff!!!) y a cambio, no pide sino exige, que te deje hablar con ella porque le estoy negando su derecho de hablar contigo. ¿Y qué pasa conmigo? ¿Qué ha pasado con los 10 años de tu vida que prácticamente ella nos ha robado? ¿Y qué pasa ahora con nuestro derecho de vivir el tiempo que estemos juntos sin sobresaltos, tranquilos y a gusto? ¿Qué pasa con nuestro derecho de conocernos el uno al otro? ¡Ni si quiera conozco a tus amigos del cole y me está costando un triunfo que tu tutora me reciba en el colegio! Yo también he llorado y mucho. Las lágrimas de una madre no son más lágrimas que las de un padre. El dolor de corazón y la tristeza no entienden de hombre o mujeres. Pero según ella "los hombres no lloramos, los hombres pegamos a las mujeres y a nuestros hijos los encerramos hasta que dejan de llorar". Esto es lo que tu madre ha dicho sobre mí en todos esa pila de papeles que han leído en dos tribunales, ese es el complejo con el que he convivido dos años y medio hasta que un juez ha dicho que es normal que las parejas que se divorcian se lleven mal y no mantengan contacto. ¿Ese dolor no cuenta? ¿Mis sentimientos no han contado para ella? Obviamente, NO. Me he sentido peor que a un animal, he creído que la gente me miraba por la calle por ser un supuesto maltratador (NUNCA HE PEGADO A UNA MUJER), por ser un bárbaro, he perdido amistades (y a otras les he vendido mi alma a cambio de cualquier tipo de información que pudieran darme sobre ti, a cambio de una simple foto tuya por whatsapp con la que me retorcía por dentro por no ser yo mismo quien te la sacaba). Sí, he llorado y he sufrido, pero nadie dijo que ser padre fuera fácil y tampoco está en la mano de uno decidir qué tipo de paternidad quiere ejercer con su hijo. Al menos yo no he podido, he tenido que conformarme con las migajas que me han dado, hasta hoy.

Desde que empezamos con este proyecto de nueva vida he contado con tu ayuda incondicional. Cuando tuvimos la sentencia de custodia compartida en firme sólo te pedí un favor y lo estás haciendo muy bien. Yo no puedo hacer que tu madre me escuche y entre en razón, por eso te pedí que le explicaras tu mismo tus sentimientos, lo mismo que me dices a mi “papá quiero estar más tiempo contigo”. Ella necesita dejar de tener miedo cuando no estás con ella por eso necesita que tú le digas que conmigo estarás bien, que no debe estar preocupada porque tu día a día no cambiará. Seguirás yendo al colegio, jugando con tus mismo amigos, con tus mismas aficiones y que no dejarás de quererla. Pero que también necesitas quererme a mí y compartir conmigo las mismas situaciones que otros niños comparten con sus padres. Gracias Juan, este trabajo lo estás haciendo bien y el mérito será tuyo cuando lo logremos.

Espero que escuchándolo de tu misma boca ella entre en razón y nos deje por fin vivir una vida en paz. No quiero que dejes de querer a tu madre, es tu madre y debes hacerlo, sólo quiero que ella entienda que yo soy tu padre y que lo único que pido es compartir contigo el mismo tiempo que comparte ella. De momento, hasta que cumplas la mayoría de edad y quien sabe si dejarás de querernos a los dos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario