Entrada destacada

LA INDIGNACIÓN DE JUAN

sábado, 29 de abril de 2017

EL RALLY

 
Fuente: Crossroads: Las Huellas de un Padre.
 Desde que era un “mico”, como le digo a Juan, siempre he estado metido en el mundo del motor. Es algo que mi padre me enseñó a disfrutar desde que apenas tenía 5 años y me pasaba las tardes ayudándole en su taller, arreglando el coche de algún vecino o de algún amigo. Es algo que mi padre tenía como afición y que poco a poco fui heredando. Esta pasión, nos llevó el año pasado a mi hermano y a mi a darle un poco más de emoción a nuestras vidas (como si tuviéramos poco ya…) y nos compramos un coche de rally, la equipación completa y nos apuntamos a esta aventura.

A Juan le gustan los coches, igual que a mí, y le encanta venirse con su tío, sus primas Angi y Carla, y yo a tomar notas para las carreras. A veces Carla y él juegan a ser pilotos y bromean diciendo que Carla será su copiloto cuando sean mayores. Quién sabe, quizás algún día tengan un futuro prometedor en el mundo del rally.

He intentado en varias ocasiones llevar a Juan con nosotros a una competición, pero siempre he tenido la mala suerte de que esas veces ha coincidido que está bajo la tutela de su madre y nunca le ha dejado venir con nosotros, aunque tanto Juan como yo se lo hemos pedido varias veces. Lo gracioso es que después de recibir sus negativas se presenta ella misma en la zona de asistencias intentando levantar un poco de revuelo entre mi familia con la única intención de ponerme nervioso. (Alguna vez me he preguntado si está buscando consecuencias mayores. No estamos jugando al balón sino con máquinas que pueden hacer mucho daño si el piloto pierde la concentración).

En el último rally de la temporada pasada, Juan había decidido que quería venir a vernos y a estar con sus abuelos en la zona de asistencia. Nuestro objetivo siempre es pasarlo bien y no entrar en guerras competitivas con otros pilotos con más experiencia, por lo que más que como una carrera nos los tomamos como un evento familiar y participamos todos los miembros de la familia, desde los abuelos hasta los nietos.

Ese fin de semana de la última carrera Juan no estaría bajo mi tutela por lo que intenté convencerle de que no se lo pidiera a su madre porque nunca le deja venir y se lleva siempre un mal sabor de boca. Pero Juan no me hizo caso y quiso convencer a su madre. En cualquier caso, yo esa vez no insistí para que le dejara venir con nosotros. Muy indignada, la noche antes del rally (bastante tarde por cierto, ya que tuve que levantarme de la cama para coger el teléfono), me llama para recriminarme “¿es que no vas a llamar para pedirme a Juan?”. Mi cara fue de tal perplejidad que a penas pude contestar. “No te he pedido a Juan porque en anteriores ocasiones me lo has negado, no voy a hacerle pasar un mal trago a NUESTRO hijo una vez más”.

A la mañana siguiente mi hermano vino a recogerme para irnos juntos a la competición y me dijo que la madre de Juan había estado molestando a mi sobrina Carla, de apenas 14 años, para preguntarle si ella iba a ir al rally. Definitivamente a esta mujer se le está yendo la situación de las manos. ¿Cómo se atreve a molestar a una niña de 14 años? ¿Es que se cree que puede hacer lo que se le antoje? Carla, es una menor igual que Juan pero la madre de Juan no entiende que los derechos de Carla también deben ser preservados igual que los de Juan y que no puede molestar a una niña, cuando sus padres le insisten en que no lo haga (no es la primera vez que agobia a Carla con llamadas y mensajes de whatsapp. ¿Esto no es también acoso? Y encima a un menor. Estoy cansado de que me persiga a mí y al resto de mi familia, pero con mis sobrinas que son dos niñas… No sé qué hacer ni cómo parar esta persecución por parte de la madre de Juan, es algo que se viene repitiendo desde que nos divorciamos hace 5 años.

Llega el momento de las verificaciones y papeleo previo a la carrera. Nuestro coche ya estaba listo en el parque cerrado cuando para nuestra sorpresa se presenta la madre de Juan con Juan de la mano en la zona de parque cerrado. ¿Pero Juan, qué haces aquí? Le preguntamos, “papá he venido para decirte que prefiero irme a recoger setas”...”Perfecto hijo, disfrutalo y pásatelo muy bien”. Me doy perfectamente cuenta de que una vez más Juan está siendo sometido a las manipulaciones de su madre. Participar en los rallyes con sus primas y sus abuelos, ayudándonos y apoyándonos a mi hermano y a mi es algo que le encanta, es un momento familiar muy divertido para él y que su madre le traiga sólo para decirme que ha cambiado de opinión después de las recriminaciones en la noche anterior por no haberle pedido el favor de dejar que Juan venga con nosotros y después de la persecución hacia mi sobrina Carla...¿Qué se puede pensar de esta actitud?

Continuamos el día sin mayores contratiempos. Nos había ido muy bien en los tiempos. Fernando y yo estábamos super contentos y lo estábamos disfrutando, pero era un día lluvioso y este último tramo lo corríamos en noche cerrada. El coche empezó a hacer extraños y finalmente acabamos estampados contra una roca. El coche quedó destrozado pero los dos estábamos bien. Son cosas que pasan en este tipo de deportes y ningún piloto está exento de sufrir un accidente. “Esto nos va a costar una pasta arreglarlo”. Pensamos pero incluso el golpe después de ver que estábamos bien fue hasta divertido.

Obviamente el rally había terminado para nosotros pero aún era domingo, por lo que decidí ir con mi pareja a la montaña a relajarnos, a disfrutar de la naturaleza (algo que nos encanta) y a reírnos de la jornada de rally que habíamos tenido. Pasamos toda la mañana caminando entre rocas y sin cobertura en el móvil. Cuando llegamos a casa y el móvil tenía cobertura tenía un montón de mensajes y de llamadas perdidas de la madre de Juan, de mis padres y de mi hermano.

Al parecer la madre de Juan había vuelto a llevarle al día siguiente a la zona de llegada de la carrera. Ella había sido informada por unos amigos suyos de que habíamos roto el coche sin más consecuencias. Sin embargo esta historia no es la que le transmitió a Juan. Llevó a NUESTRO hijo nuevamente a la competición alertándole de que habíamos tenido un accidente grave. Juan estaba llorando, buscándome como loco entre los pilotos, sufriendo innecesariamente porque su padre había sufrido un accidente y no le encontraba. Esto es lo que pilotos amigos me contaron al día siguiente. Una situación bochornosa por parte de la madre de Juan. Le cuenta una historia a medias o una realidad distorsionada sabiendo que no habíamos sufrido ningún daño. Esta buena madre, le provoca a su hijo un daño emocional innecesario, le mantiene durante horas en un estado de estrés, alerta a toda mi familia, a todo mi entorno de amigos y conocidos y por si fuera poco me recrimina que no llamo a mi hijo para decirle lo que ha pasado. Mi respuesta, “no llamo porque nunca me coges el teléfono, es tiempo perdido y además no llamo porque no ha pasado nada, no he sufrido ningún daño tal y como te han informado mis amigos y mi familia y no he cogido el teléfono porque estaba disfrutando del domingo en la montaña. No tienes derecho a meterte en mi vida y mucho menos a contarle mentiras a NUESTRO hijo. Esta situación es como el refrán del perro del hortelano, que ni comes ni dejas comer”. Así es ella... ¿Qué clase de madre juega a algo así? ¿A qué está jugando? ¿Qué es lo que quiere de mi, de nosotros? Me siento acosado, siento que acosa a mi familia. Sigue demandando atención de mí, atención que no estoy dispuesto a regalarle cuando por otro lado no se corta en soltar en la sala de un juicio que yo la he maltratado, que yo la he acosado...Esto es de locos… No sé ni cómo ni cuándo acabará todo esto o si algún día tendrá un final.

POR LAS VÍAS DE LA INCERTIDUMBRE


28 de abril de 2017…

Pongo fin a una semana intensa de trabajo y me dirijo sentado en el vagón de un AVE rumbo a mi ciudad, con la esperanza de que mañana la madre de Juan haya entrado en razón y me devuelva las horas robadas con NUESTRO hijo el pasado 22 y 23 de abril.
Fuente: http://indolinkspanish.wordpress.com
 
No es la primera vez que hace algo así, sin embargo ahora tengo la sensación de que el triángulo Juan, su madre y yo cada vez es más frágil. Juan está creciendo y en su cabeza empiezan las contradicciones. Sé que llegará un momento en el que las preguntas que le pueda llegar a plantear a su madre no van a poder tener respuesta, no una respuesta que sacie su necesidad de saber, su necesidad de encontrarse a sí mismo, su necesidad de saber por qué se siente culpable por todo. “Papá no entiendo por qué hablan mal de ti”. Esa es una de las últimas frases que más recuerdo de él en los últimos meses. “No lo sé Juan, ¿tú crees que soy malo?” “No, papá, no lo creo y no lo entiendo”. Espero que algún día pueda llegar a plantearle esa misma pregunta a su madre.

Hoy aquí sentado mientras me tomo una taza de café, recuerdo cada uno de los momentos de angustia y ansiedad que tuvimos mi familia y yo el pasado fin de semana. No dejamos de plantearnos situaciones futuras y cómo las resolveremos, cómo las sobrellevaremos. Sin embargo, he conseguido relativizar la situación y es tal mi cansancio en este largo proceso, que ni siquiera me apetece enfadarme.

Cuando mañana llegue la hora de recoger a Juan en la puerta del portal del domicilio de su madre, tengo claro que se repetirá la misma situación hipócrita de cada sábado. Ella actuará como si nada hubiera pasado y yo intentaré evitar cualquier conversación ya que toda excusa le parece buena para intentar dejarme en evidencia. Son 5 años ya mordiéndome los labios, aguantando calumnias, aguantando mentiras, aguantando….Tengo tantas ganas de abrazar a Juan que no me apetece regalarle ni un solo segundo en conversaciones vacías que a nada nos han llevado en los últimos 5 años.

Este fin de semana quiero sincerarme con Juan. Él sabe que le estuve buscando y quiero explicarle los motivos, la verdad. Que su madre no quiere dejar que pasemos juntos su cumpleaños (la primera vez que coincide en 5 años) ni que celebremos juntos su 1ª Comunión. Durante esta semana he imaginado mil conversaciones y mil maneras de explicárselo. Quiero que lo entienda. Quiero que se cuestione las “verdades” de su madre. Quiero que aprenda a distinguir lo que está bien de lo que está mal y que las mentiras, son mentiras, que no existen las “mentirijillas” como su madre le enseña.

Juan es casi un adolescente, ya casi tiene 10 años y quiero que su mente sea lo suficientemente despierta como para permitirse el lujo de pensar por sí mismo sin ser sometido a ninguna manipulación. Esta situación es algo que me preocupa realmente, no es la primera vez que se siente angustiado porque según me dice “papá, no sé por qué me siento culpable por todo. Creo que todo lo que pasa es por mi culpa. Mamá y tú os separasteis por mi culpa. Cuando la gente se enfada creo que es por mi culpa”. ¿Hay derecho a que un niño de casi 10 años se sienta angustiado por estas cosas? Yo si me siento culpable por no poder hacer nada al respecto, por no poder sacarle del entorno dañino en el que vive. Me pregunto una y otra vez qué clase de sometimiento están realizando tanto su madre como su familia materna para que un niño llegue a pensar así. Y esto, lo está permitiendo la justicia porque “una madre siempre es buena madre por naturaleza y la educación que ofrece siempre es la correcta”. ¡Qué barbaridades he tenido que escuchar en la sala de un juicio!

Este fin de semana lo pasaremos bien. A pesar de la pila de deberes que traerá (como siempre, ya que parece que su madre aprovecha los fines de semana que pasa conmigo para hacer todos los deberes que no ha hecho durante la semana) no abriremos ni un cuaderno a menos que sea estrictamente necesario. Es un puente largo y nos merecemos disfrutar el uno del otro y recuperar el tiempo robado.

jueves, 27 de abril de 2017

DOMINGO DE CALMA

23 de abril de 2017...

Como ya he comentado en mi anterior entrada, este fin de semana del 22 al 23 de abril de 2017 ha sido uno de los peores que he vivido en los últimos años. Os podéis imaginar mi situación: me presento a recoger a mi hijo en el domicilio de su madre y solo encuentro silencio… Una sensación de impotencia, de no saber qué hacer….¿Y ahora qué?

Poniéndonos en antecedentes, el problema radica del empeño de la madre de Juan en celebrar la 1ª Comunión de NUESTRO hijo el mismo día de su cumpleaños, el próximo 4 de junio de 2017. La fecha original para esta celebración había sido el fin de semana anterior pero ella decidió unilateralmente cambiarla y hacerla coincidir con su cumpleaños, alegando que a Juan le hace ilusión, y haciéndola coincidir con el fin de semana que Juan debería estar bajo mi tutela. Tras varios intentos de manipularnos a Juan y a mi para que celebremos ambas familias juntas este día y al ver mi negativa (bien justificada por las declaraciones judiciales malintencionadas contra mí, que de haber sido creíbles por las autoridades me hubieran llevado a prisión y sin haber sido creídas me han causado daños sociales irreparables) decidió cambiar el orden de régimen de visitas con la intención de que este día Juan esté bajo su tutela. La mejor manera que se le ha ocurrido es eludir su obligación de entregarme a mi hijo el pasado fin de semana.

Tanto mi familia como yo pasamos todo el sábado 22 de abril intentando localizar a Juan por toda la ciudad, esperando poder encontrarle en alguno de los lugares habituales para él, sin ningún tipo de éxito. Solamente un buen amigo me alertó diciéndome que había visto a mi hijo con su madre y su abuela en un coche. ¡Qué situación más desagradable! No teníamos ninguna idea, ninguna alternativa buena, ninguna alternativa no perjudicial para Juan.

Un mensaje de whatsapp me informa de que el domingo, como es habitual en los niños que toman su 1ª Comunión, Juan asistirá a la misa de las 12:00 h en su parroquia. Fue entonces cuando se me ocurrió quemar el último cartucho para poder ver a mi hijo y me presenté en la parroquia.

La situación fue totalmente paradójica y no dejé de sorprenderme cuando llegué allí. Años atrás estaba muy implicado con las actividades religiosas de esa misma parroquia. Tenía por costumbre colaborar en el coro de la parroquia, realizaba actividades con los chavales, etc. Fueron años buenos para mí. Cuando me divorcié tuve que abandonar todo esto y alejarme de la parroquia. Algunos “amigos” decidieron tomar parte en nuestro divorcio y se decantaron por protegerla a ella. Este tipo de actitudes nunca las llegué a entender, ya que el hecho de que dos personas se divorcien no debería implicar un divorcio con el resto del entorno, con el resto de nuestros amigos y más cuando muchos de estos amigos pertenecen al clero. El caso es que la acogida por algunos de estos “amigos” fue muy cálida y agradable. Algunos de ellos se acercaron a mí con alegría de verme después de tantos años e invitándome a participar en las actividades del domingo. Esto me hizo pensar que muchas de las barbaridades y mentiras que la madre de Juan pudo decir sobre mí a nuestro entorno social estaban perdiendo fuerza o tal vez estas personas siempre fueron verdaderos amigos.

Cuando llegamos allí mi actual pareja y yo, nos acercamos al coro donde efectivamente se encontraba Juan con el resto de niños preparados para la liturgia. Su actitud, totalmente esperada y deseada por mi y completamente inesperada por su madre, fue encantadora. Cuando Juan nos vio, pegó un salto y se acercó para abrazarnos. Estaba encantado porque habíamos ido a verle por sorpresa y quería que viéramos lo bien que se había aprendido las lecturas que le tocaban ese domingo. El resto de la liturgia la pasó agarrado de mi mano, enseñándome sus zapatillas con luces y explicándome todo lo que iba a acontecer en la misa. Juan nos tenía preparada una sorpresa. Ese domingo había un mercadillo solidario a la entrada de la iglesia y los niños de la liturgia iban a regalar flores a las personas que asistían. Juan, muy contento cogió dos flores, una para mí y otra para mi pareja, y nos las regaló ante los ojos atónitos de su tía, quien como siempre se acercó a mi para intentar aumentar el dolor y provocar un enfrentamiento que a todas luces me hubiera perjudicado. Sin embargo, no lo logró. Mi mente y mi cuerpo en ese momento estaban por encima de todo. A pesar de los intentos de la madre de Juan por no dejarme ver a NUESTRO hijo pude pasar con él media hora que para mí fue todo un mundo.


Soy consciente de que esto no ha terminado aquí. Sigo esperando la sentencia final del juicio por la custodia compartida y todo apunta que habrá un recurso que retrasará aún más el resultado definitivo.

sábado, 22 de abril de 2017

LA 1ª COMUNIÓN DE JUAN...CAPITULO II. El burofax.



Hoy vuelve a repetirse la misma historia...Esta mañana la madre de Juan no ha dejado que nos veamos este fin de semana a pesar que debería estar bajo mi tutela. Cuánto daño está causando esta mujer con su empeño de seguir viviendo en una telenovela y creandose una guerra contra mí en su cabeza. Algún día será Juan quien le explique todo el daño que está haciendo. Os dejo el burofax que he escrito de mi puño y letra.


22 de abril de 2017


Buenos días "Madre de Juan":

Esta mañana a las 10:30 me he presentado en tu domicilio para recoger a Juan y cumpliendo con el régimen de visitas.

No me has abierto la puerta, no has contestado al portero automático, no has contestado las llamadas de teléfono que te he hecho, no has contestado los mensajes de whatsapp que te he enviado. He llamado a Juan a su teléfono y le he enviado un mensaje de whatsapp pero tampoco ha contestado. Debo pensar que como viene siendo habitual ignoras cualquier tipo de comunicación conmigo y la única vía de comunicación que tengo es vía burofax que tampoco está dando resultados.

He pasado toda la mañana del sábado 22 de abril intentando localizarte y como no he podido incluso he realizado una llamado a la policía nacional alertando de esta situación, porque no sé dónde está mi hijo el día que debe estar bajo mi tutela. Debido a todos estos obstáculos que me has puesto hoy (y que me llevas poniendo durante todos estos años) se ha hecho tarde y la oficina de correos ha cerrado, por eso es mi abogado quien está interponiendo este burofax en mi nombre ante la imposibilidad de realizarlo yo mismo.

Con este burofax simplente quiero dejar constancia de:

1. Que estoy cumpliendo igual que siempre, el régimen de visitas establecido.

2. De que estás obstaculizando mi convivencia con Juan.

3. De que estás incumpliendo tú el convenio regulador y manipulando el régimen de visitas con la mala intención de seguir impidiendo que Juan celebre su comunión y su cumpleaños conmigo y mi familia (que si has tenido tiempo de contar las fechas sería el primer año en los 5 años que llevamos divorciados que lo pasaría conmigo y que a todas luces estás causando un daño irreparable en el crecimiento y educación de Juan)

4. De que me estas causando un daño emocional como padre irreparable que llevo arrastrando 5 años con todas estas malas intenciones. (Además de los daños económicos que me estás causando).

Llevas 5 años provocando una situación insostenible y mi abogado, consciente de todo, estudiará la manera y el momento de ponerle la solución menos dolorosa para Juan, porque ya bastante daño le estás causando tú. Aún no dejo de esperar que, como madre que eres, empieces a utilizar el sentido común y a centrarte más en la educación de NUESTRO hijo y en sus problemas en lugar de buscar la manera de causarme daño a mí, porque con todo esto lo que estás haciendo es causarle daño a Juan.

Recordarte que volveré a recoger a Juan el próximo fin de semana 29-30 de abril ya que hoy no me lo has entregado y que siguiendo el calendario el siguiente fin de semana 6-7 de mayo vuelve a corresponderle a Juan pasar el fin de semana conmigo. Espero no me vuelvas a poner el mismo problema que hoy los dos próximos fines de semana.

lunes, 10 de abril de 2017

LA 1ª COMUNIÓN DE JUAN...CAPÍTULO I

“La vida sigue siendo como una canción de Robert Johnson. Letras alimentan el misterio, desesperacion religiosa y demonios interiores”.

30 de abril de 2017...Una de las batallas que las personas divorciadas tenemos que abordar es el momento en el que un hijo se prepara para su primer evento importante. En el caso de Juan es su 1ª Comunión.

¿Es una buena decisión que tu hijo tome la 1ª Comunión? No entro a valorar estas cuestiones y por favor, que nadie haga juicios de valor sobre este asunto, porque el objetivo no es debatir sobre la conveniencia o no de estos actos.
En principio todo lo que sea educar a un niño bajo la bondad, el respeto, la honestidad, la igualdad y en definitiva en valores para convivir en armonía en sociedad, sean cuales sean las bases de esta educación, esto es bueno. La paradoja surge cuando precisamente las personas como la madre de Juan intentan inculcar en sus hijos estos valores de una manera un poco complicada ya que precisamente ella no practica con el ejemplo ni si quiera con el propio padre de su hijo.

La madre de Juan ha decidido por ella misma la conveniencia de que Juan tome la 1ª Comunión, es decir sin permitirme opinar ni decidir en absolutamente nada. La madre de Juan decidió incluso que sería la catequista de Juan (y del resto de niños claro), tomó todo tipo de decisiones (junto con el resto de padres de grupo de catequesis claro, excepto con el padre de su hijo) e incluso decidió el día que se realizará el evento (por su puesto sin contar absolutamente con la opinión del padre de Juan). 

Fuente: http://www.cuatro.com
Durante los dos años de preparación de Juan para ese día solamente empecé a tener noticias de esta situación cuando uno de los sábados que recogí a Juan en el domicilio de su madre ella misma me indicó (o más bien me ordenó) que teníamos (ella y yo) que reunirnos para buscar un restaurante y realizar una reserva para un día ya prefijado para un número de personas ya determinado (toda su familia concretamente) para celebrar la 1ª Comunión de Juan. Además me pone en conocimiento de que ya le ha comprado el traje que llevará ese día. 
Todavía me acuerdo de la cara que puse cuando escuché todo eso con la mayor naturalidad posible por parte de la madre de Juan. Todo esto a seis meses vista de la supuesta celebración. Ojalá me informara con la misma premura cuando Juan se pone enfermo...o cuando Juan no va al cole….o cuando a Juan le castigan en el cole...cuando está triste...cuando pregunta por mí y quiere hablar conmigo... En fin una serie de detalles que a mi me gustaría saber. En ese momento no pude ni contestar. Es la primera vez en 5 años que ella nos permite a Juan y a mi celebrar algo en común. Nunca, nunca, nunca hasta ahora había sucedido nada igual, ni siquiera en el cumpleaños de Juan. Mi primer pensamiento fue que ella sólo quiere presumir ese día al igual que el resto de madres y que para eso necesita cierto apoyo económico, de lo contrario no encuentro ninguna explicación.

¿Cómo puede llegar a pensar, que después de las mentiras que ha dicho sobre mi delante de un juez y en un lugar público voy a compartir mesa y gastos extra con ella y su familia? Hace tiempo dije basta y dejé de estar sometido a sus caprichos, porque ya no tengo miedo, ya me he dado cuenta de que lo peor que hice en su momento fue ceder a sus chantajes y caprichos por miedo de hacerle daño a Juan. Ahora tengo claro (Juan me lo deja claro) que sólo le hago daño cuando cedo, cuando no intervengo, cuando miro hacia otro lado y eso se acabó y gracias a una persona que me ha abierto los ojos, que me ha devuelto “las gafas de ver la vida” que me ha quitado el miedo de hacer las cosas que debo hacer, las cosas que un padre tiene la obligación de hacer, le guste a la madre de Juan o no.

Después de recuperarme de la noticia, Juan y yo hablamos mucho sobre este tema y de mutuo acuerdo hemos decidido no celebrar su 1ª Comunión en común con la familia de su madre, ya que casualmente y para no variar, la madre de Juan eligió la fecha de su Comunión para hacerla coincidir con el cumpleaños de Juan. Este año es la primera vez en cinco años que coincide que Juan pasa el fin de semana de su cumpleaños conmigo, por eso es una fecha doblemente especial. Lo que más me sorprendió de este acuerdo entre mi hijo y yo fue su razonamiento: “Papá creo que lo mejor es no celebrar mi 1ª Comunión con mis abuelos, así les evitamos un disgusto”….Ya que son precisamente ellos los que le alienan contra mí diciéndole que soy malo para él.

Una vez que Juan me dio su consentimiento le comuniqué a la madre de Juan la decisión, bajo la total supervisión de mi abogado, ya que es la única manera de llegar a un entendimiento con ella. Hace algunos meses que ella misma decidió que nos comunicáramos vía burofax, sin embargo al recibir mi último burofax ha montado en cólera, intentando todo tipo de estrategias para que yo cambiara de parecer.

Lo más duro fue la noche en la que Juan me llamó por teléfono a altas horas  para decirme...”Papá, te llamo porque quiero decirte que te he mentido. Sí quiero que celebremos mi 1ª Comunión todos juntos. Lo siento papá, estoy muy arrepentido y espero que me perdones”...Estas palabras fueron durísimas pero no porque Juan pareciera que cambiaba de opinión, sino porque eran palabras totalmente manipuladas por su madre. 
Desde entonces he recibido varias llamadas de su madre diciéndome que Juan no para de mentir, que nos miente a los dos. Y yo pienso que es cierto, no para de mentir, no deja de sentirse mal continuamente por ello y por todo. Miente desde el mismo día que le dijo al juez que lleva nuestro caso de custodia compartida que prefiere quedarse como está, viviendo con su madre y viéndome a mi 4 días al mes porque yo no le llevo a la playa y su madre sí... ¿Es esa una respuesta sincera? ¿Es esa una respuesta sin manipulación? Cada vez que está conmigo y llega la hora de volver con su madre es siempre la misma escena de pena, tristeza y lágrimas. ¿Cree su madre que no sé cuando mi hijo miente o más bien le obligan a mentir? ¿Cree que no veo lo que Juan está sufriendo? Parece ser que ella y su psicóloga no lo ven, porque son incapaces de ayudar a Juan. ¿Hasta dónde va a llegar la hipocresía de esta persona y de todo su entorno? ¿Acabará todo esto en algún momento?

No tengo repuesta para ninguna de estas preguntas. De momento seguiré esperando y buscando un plan B, ya que el espectáculo de la 1ª Comunión de Juan no ha hecho más que empezar.

Continuará...

viernes, 7 de abril de 2017

REFLEXIONES TRAS EL JUICIO...LA ESPERA

17 de marzo de 2017...Un mes ha pasado ya desde el día del juicio y continuamos sin noticias de la sentencia. La espera es larga pero más larga se hace aún por la incertidumbre de saber la respuesta.
 
No sé si será a favor o en contra de que Juan y yo pasemos más tiempo juntos, pero de lo que sí estoy totalmente seguro es de que pase lo que pase, la historia no termina aquí. Si la sentencia es desfavorable para nosotros y no podemos estar más tiempo juntos, seguiré intentándolo porque a Juan no le sirve que su padre se conforme con las migajas que nos dan, Juan se merece que su padre luche por él y que no se rinda por mucho que a su madre le gustara que lo hiciera. No tengo miedo… ya no tenemos miedo...Juan lo tiene claro y yo también.

Si la sentencia es favorable, entendiendo como favorable una custodia compartida, estoy seguro de que la madre de Juan no aceptará el resultado e intentará una vez más apartarme de él sin atender las necesidades de su hijo, como hasta ahora ha hecho siempre. En todo el proceso siempre ha habido una particularidad de sus palabras que me parece irritante, y es que parece que Juan sólo es hijo de ella, parece que ella es la única que sabe cuidar de Juan, parece que Juan ha venido a este mundo por la gracia divina de su madre…

Pero volvamos a mis reflexiones. En mi caso no lucho sólo por pasar más tiempo con Juan, lucho por darle lo que por derecho es suyo, un padre y una madre, una familia paterna y una familia materna, como todos los niños deberían tener. Lucho por darle un bienestar, un futuro, una felicidad. Somos los padres los que nos divorciamos no los hijos los que se divorcian de los padres. Y en mi caso concreto, cada día que pasa me alegro de haberme separado de la persona que más daño me está causando en esta vida. No creo que pueda conocer en mi futuro a alguien que pueda igualar el daño y el dolor que la madre de Juan me está y nos está causando.

La ley debería ser clara en estos términos, “un niño nunca debería ser apartado de sus familias independientemente de que sus padres se divorcien o no” y digo familias porque una persona no tiene una única familia. Está su familia materna, su familia paterna y la familia que una persona forma cuando se hace adulto, con la persona que decida y de la manera que decida.

Hasta el momento y hasta que la sentencia salga, sólo he visto tratos de favor hacia esta madre y no quiero generalizar ni entrar en luchas de género, tanto por parte de la justicia, como por parte de instituciones educativas y psicólogos. ¡Sería tan sencillo simplemente pensar en un niño y en la multitud de alternativas que se le pueden brindar! ¿Por qué ponerle barreras? ¿Por qué quitarle lo que es suyo? ¿Por qué inducirle en lo que debe ser...en lo que es bueno...en lo que es malo...sin dejarle reflexionar ni opinar? La justicia debería ser justa en estos términos.

Si yo hubiera sido abogado, le hubiera preguntado a la madre de Juan lo siguiente: ¿Por qué decidió usted casarse con Carlos? ¿En qué basó la capacidad de Carlos para ser el padre de su hijo y por qué de repente ahora decide que no es ni la persona idónea ni el padre perfecto? ¿quién la obligó a usted a tomar semejantes decisiones para el resto de su vida? A uno nadie le hace un test antes de ser padre para identificar sus capacidades (lo cual debería ser obligatorio porque a la vista está que hay padres que no dan la talla, pero hay madres que tampoco) sin embargo los equipos psicosociales sí se atreven a decidir a posteriori que un hombre no es un buen padre ni lo será jamás. Y en todo esto, las asociaciones por la protección de los derechos de los menores ni se pronuncian en estos casos

Lo único que puedo decir después de un mes esperando la sentencia y de casi dos años de proceso es que no me canso...tengo mucha paciencia y seguiré al pie del cañón sobretodo porque lo que sí sé es el dictamen de la fiscalía. Aún teniendo todo en contra ve conveniente que Juan pase un día entre semana conmigo desde las 14:00h hasta las 20:00h y que las vacaciones de verano se repartan en igualdad de condiciones, es decir la mitad con su madre y la mitad con su padre.

Esto es una victoria dentro de esta gran guerra!!!