“La vida sigue siendo como una canción de Robert Johnson. Letras alimentan el misterio, desesperacion religiosa y demonios interiores”.
30 de abril de 2017...Una de las batallas que las personas divorciadas tenemos que abordar es el momento en el que un hijo se prepara para su primer evento importante. En el caso de Juan es su 1ª Comunión.
¿Es una buena decisión que tu hijo tome la 1ª Comunión? No entro a valorar estas cuestiones y por favor, que nadie haga juicios de valor sobre este asunto, porque el objetivo no es debatir sobre la conveniencia o no de estos actos.
30 de abril de 2017...Una de las batallas que las personas divorciadas tenemos que abordar es el momento en el que un hijo se prepara para su primer evento importante. En el caso de Juan es su 1ª Comunión.
¿Es una buena decisión que tu hijo tome la 1ª Comunión? No entro a valorar estas cuestiones y por favor, que nadie haga juicios de valor sobre este asunto, porque el objetivo no es debatir sobre la conveniencia o no de estos actos.
En principio todo lo que sea educar a un niño bajo la bondad, el respeto, la honestidad, la igualdad y en definitiva en valores para convivir en armonía en sociedad, sean cuales sean las bases de esta educación, esto es bueno. La paradoja surge cuando precisamente las personas como la madre de Juan intentan inculcar en sus hijos estos valores de una manera un poco complicada ya que precisamente ella no practica con el ejemplo ni si quiera con el propio padre de su hijo.
La madre de Juan ha decidido por ella misma la conveniencia de que Juan tome la 1ª Comunión, es decir sin permitirme opinar ni decidir en absolutamente nada. La madre de Juan decidió incluso que sería la catequista de Juan (y del resto de niños claro), tomó todo tipo de decisiones (junto con el resto de padres de grupo de catequesis claro, excepto con el padre de su hijo) e incluso decidió el día que se realizará el evento (por su puesto sin contar absolutamente con la opinión del padre de Juan).
La madre de Juan ha decidido por ella misma la conveniencia de que Juan tome la 1ª Comunión, es decir sin permitirme opinar ni decidir en absolutamente nada. La madre de Juan decidió incluso que sería la catequista de Juan (y del resto de niños claro), tomó todo tipo de decisiones (junto con el resto de padres de grupo de catequesis claro, excepto con el padre de su hijo) e incluso decidió el día que se realizará el evento (por su puesto sin contar absolutamente con la opinión del padre de Juan).
Durante los dos años de preparación de Juan para ese día solamente empecé a tener noticias de esta situación cuando uno de los sábados que recogí a Juan en el domicilio de su madre ella misma me indicó (o más bien me ordenó) que teníamos (ella y yo) que reunirnos para buscar un restaurante y realizar una reserva para un día ya prefijado para un número de personas ya determinado (toda su familia concretamente) para celebrar la 1ª Comunión de Juan. Además me pone en conocimiento de que ya le ha comprado el traje que llevará ese día.
Todavía me acuerdo de la cara que puse cuando escuché todo eso con la mayor naturalidad posible por parte de la madre de Juan. Todo esto a seis meses vista de la supuesta celebración. Ojalá me informara con la misma premura cuando Juan se pone enfermo...o cuando Juan no va al cole….o cuando a Juan le castigan en el cole...cuando está triste...cuando pregunta por mí y quiere hablar conmigo... En fin una serie de detalles que a mi me gustaría saber. En ese momento no pude ni contestar. Es la primera vez en 5 años que ella nos permite a Juan y a mi celebrar algo en común. Nunca, nunca, nunca hasta ahora había sucedido nada igual, ni siquiera en el cumpleaños de Juan. Mi primer pensamiento fue que ella sólo quiere presumir ese día al igual que el resto de madres y que para eso necesita cierto apoyo económico, de lo contrario no encuentro ninguna explicación.
¿Cómo puede llegar a pensar, que después de las mentiras que ha dicho sobre mi delante de un juez y en un lugar público voy a compartir mesa y gastos extra con ella y su familia? Hace tiempo dije basta y dejé de estar sometido a sus caprichos, porque ya no tengo miedo, ya me he dado cuenta de que lo peor que hice en su momento fue ceder a sus chantajes y caprichos por miedo de hacerle daño a Juan. Ahora tengo claro (Juan me lo deja claro) que sólo le hago daño cuando cedo, cuando no intervengo, cuando miro hacia otro lado y eso se acabó y gracias a una persona que me ha abierto los ojos, que me ha devuelto “las gafas de ver la vida” que me ha quitado el miedo de hacer las cosas que debo hacer, las cosas que un padre tiene la obligación de hacer, le guste a la madre de Juan o no.
Después de recuperarme de la noticia, Juan y yo hablamos mucho sobre este tema y de mutuo acuerdo hemos decidido no celebrar su 1ª Comunión en común con la familia de su madre, ya que casualmente y para no variar, la madre de Juan eligió la fecha de su Comunión para hacerla coincidir con el cumpleaños de Juan. Este año es la primera vez en cinco años que coincide que Juan pasa el fin de semana de su cumpleaños conmigo, por eso es una fecha doblemente especial. Lo que más me sorprendió de este acuerdo entre mi hijo y yo fue su razonamiento: “Papá creo que lo mejor es no celebrar mi 1ª Comunión con mis abuelos, así les evitamos un disgusto”….Ya que son precisamente ellos los que le alienan contra mí diciéndole que soy malo para él.
Una vez que Juan me dio su consentimiento le comuniqué a la madre de Juan la decisión, bajo la total supervisión de mi abogado, ya que es la única manera de llegar a un entendimiento con ella. Hace algunos meses que ella misma decidió que nos comunicáramos vía burofax, sin embargo al recibir mi último burofax ha montado en cólera, intentando todo tipo de estrategias para que yo cambiara de parecer.
Lo más duro fue la noche en la que Juan me llamó por teléfono a altas horas para decirme...”Papá, te llamo porque quiero decirte que te he mentido. Sí quiero que celebremos mi 1ª Comunión todos juntos. Lo siento papá, estoy muy arrepentido y espero que me perdones”...Estas palabras fueron durísimas pero no porque Juan pareciera que cambiaba de opinión, sino porque eran palabras totalmente manipuladas por su madre.
¿Cómo puede llegar a pensar, que después de las mentiras que ha dicho sobre mi delante de un juez y en un lugar público voy a compartir mesa y gastos extra con ella y su familia? Hace tiempo dije basta y dejé de estar sometido a sus caprichos, porque ya no tengo miedo, ya me he dado cuenta de que lo peor que hice en su momento fue ceder a sus chantajes y caprichos por miedo de hacerle daño a Juan. Ahora tengo claro (Juan me lo deja claro) que sólo le hago daño cuando cedo, cuando no intervengo, cuando miro hacia otro lado y eso se acabó y gracias a una persona que me ha abierto los ojos, que me ha devuelto “las gafas de ver la vida” que me ha quitado el miedo de hacer las cosas que debo hacer, las cosas que un padre tiene la obligación de hacer, le guste a la madre de Juan o no.
Después de recuperarme de la noticia, Juan y yo hablamos mucho sobre este tema y de mutuo acuerdo hemos decidido no celebrar su 1ª Comunión en común con la familia de su madre, ya que casualmente y para no variar, la madre de Juan eligió la fecha de su Comunión para hacerla coincidir con el cumpleaños de Juan. Este año es la primera vez en cinco años que coincide que Juan pasa el fin de semana de su cumpleaños conmigo, por eso es una fecha doblemente especial. Lo que más me sorprendió de este acuerdo entre mi hijo y yo fue su razonamiento: “Papá creo que lo mejor es no celebrar mi 1ª Comunión con mis abuelos, así les evitamos un disgusto”….Ya que son precisamente ellos los que le alienan contra mí diciéndole que soy malo para él.
Una vez que Juan me dio su consentimiento le comuniqué a la madre de Juan la decisión, bajo la total supervisión de mi abogado, ya que es la única manera de llegar a un entendimiento con ella. Hace algunos meses que ella misma decidió que nos comunicáramos vía burofax, sin embargo al recibir mi último burofax ha montado en cólera, intentando todo tipo de estrategias para que yo cambiara de parecer.
Lo más duro fue la noche en la que Juan me llamó por teléfono a altas horas para decirme...”Papá, te llamo porque quiero decirte que te he mentido. Sí quiero que celebremos mi 1ª Comunión todos juntos. Lo siento papá, estoy muy arrepentido y espero que me perdones”...Estas palabras fueron durísimas pero no porque Juan pareciera que cambiaba de opinión, sino porque eran palabras totalmente manipuladas por su madre.
Desde entonces he recibido varias llamadas de su madre diciéndome que Juan no para de mentir, que nos miente a los dos. Y yo pienso que es cierto, no para de mentir, no deja de sentirse mal continuamente por ello y por todo. Miente desde el mismo día que le dijo al juez que lleva nuestro caso de custodia compartida que prefiere quedarse como está, viviendo con su madre y viéndome a mi 4 días al mes porque yo no le llevo a la playa y su madre sí... ¿Es esa una respuesta sincera? ¿Es esa una respuesta sin manipulación? Cada vez que está conmigo y llega la hora de volver con su madre es siempre la misma escena de pena, tristeza y lágrimas. ¿Cree su madre que no sé cuando mi hijo miente o más bien le obligan a mentir? ¿Cree que no veo lo que Juan está sufriendo? Parece ser que ella y su psicóloga no lo ven, porque son incapaces de ayudar a Juan. ¿Hasta dónde va a llegar la hipocresía de esta persona y de todo su entorno? ¿Acabará todo esto en algún momento?
No tengo repuesta para ninguna de estas preguntas. De momento seguiré esperando y buscando un plan B, ya que el espectáculo de la 1ª Comunión de Juan no ha hecho más que empezar.
No tengo repuesta para ninguna de estas preguntas. De momento seguiré esperando y buscando un plan B, ya que el espectáculo de la 1ª Comunión de Juan no ha hecho más que empezar.
Continuará...
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